la belleza quizá torpe, de Blas de Otero: mi ADN

Volví la frente: Estabas. Estuviste

esperándome siempre.

Detrás de una palabra

maravillosa, siempre.

Abres y cierras, suave, el cielo.

Como esperándote, amanece.

Cedes la luz, mueves la brisa

de los atardeceres.

 

Volví a la vida; vi que estabas

tejiendo, destejiendo siempre.

Silenciosa, tejiendo

(tarde es, amor, ya tarde y peligroso.)

y destejiendo nieve…

 

Vi que estabas…, de Blas de Otero