NOTA: Son las 5:20 de la mañana, me he despertado súbitamente sabiendo que estaba desvelado una de esas palabras con las que el Inglés tropieza. Dudo entre escribir y leer. Me parece más apropiado leer porque el libro con el que estoy –Creativity: Flow and the Psychology of Discovery of Creativity– apremia . Todo apremia, pero ahí aparecen las prioridades para echar una mano a la hora de decidir. Voy por la mitad del libro, y comienzo a leer un párrafo en el que el virólogo y epidemiólogo Jonas Salk reflexiona sobre el concepto de «evolución creativa» y comienza a resonar-me como un eco lejano (o no tan lejano) del raciovitalismo de Ortega y el filósofo del que quizá estuvo más cerca -Heidegger- justo cuando Salk se refiere a este último. Lo que Salk esta buscando de una forma preliminar e intuitiva tiene que ver con el concepto de «porpouse» -propósito- relacionándolo con la ciencia y el Universo. Claro, me quedo petrificado porque es una de las esencias radicales del trabajo de Ortega y de Marías. Se muestra también interesado con el concepto mismo de «creativity» (pg. 232) y es ahi cuando me paro y voy a buscar qué es eso -sí hasta ahí llega-ba mi ignorancia, que es eso del Salk Institute, cuya impresionante portada se autopresenta como «Where CURES begin«. El «hallazgo» es -lo veo al momento- una de las puertas que permanecerá abierta para mí durante mucho tiempo, si no lo hace durante el resto de mi vida. Así suceden las cosas. Me doy cuenta entonces que no tengo «Ciencia» en la sección -que quizá cambie de nombre- «Less unknown today» ni en «The Vomit». Algo que paso a corregir inmediatamente… todo se está haciendo, como un embrión que se desarrolla, pero más lentamente. Un paso pequeño, ínfimo, acaba de ser dado, y con él el «Salk Institute», acaba de salir de ese limbo de la ignorancia absoluta, para entrar en ese otro más excitante que es el de la ignorancia, a secas, esa ignorancia que es uno de los motores esencial que me hace levantarme cada día con ilusión: la curiosidad.