Cristóbal Hara: la insoportable certeza del arte.

Amil 2000 del Cristobal Hara. Amil 2000 del libro Contranatura-. La Fábrica Editorial © Cristóbal Hara.-Cortesia de PHotoEsspaña

PHotoEspaña ha concedido el premio el Premio Bartolomé de los Ríos -a la mejor trayectoria española en  fotografía- a Cristóbal Hara.

Cristobal Hara es hermano de Eugenia Melian y de www.fashionsphinx.com. Amiga enorme en el corazón y web admirada en la cabeza y en la emoción. Esa es la carta de presentación. Ahora el inciso, utilizo dos fotos facilitadas para prensa por PHOtoEspaña que, con todo respeto -o sin él- no son en mi opinión representativas del trabajo del fotógrafo.

Ahora… Conocí a Cristobal Hara trabajando de paleta más o menos. No doy detalles por discreción, dormía en un rincón de la obra de la forma más hermosa que puede dormir el ser humano: después de estar ocupado. Los obreros búlgaros con los que compartía la aventura, habían venido de Valencia a Madrid -salvo Ilya- y también dormían en algún sofá en medio de los escombros. Todo era pura bohemia, intentando arrancar belleza y luz a una casa arrasada por el concepto «okupa», que a mi no me pone nada. Quizá porque lo desconozco. Ilya es un amigo hoy que se quedó para siempre de aquella epopeya.

Cuando comenzaron a raspar las paredes, la casa volvió a respirar y se hizo presente con toda la nobleza de su construcción. Dormir allí, era como ver a los enfermeros ocuparse meticulosamente, afanosamente, del enfermo; esa forma de la «albañilería» de antes, donde no se producía, sino que se trabajaba, y en el trabajo se encontraba la dignidad cotidiana.

Fue durante ese periodo, lo recuerdo, cuando Eugenia me presentó a su hermano «Cristóbal». No era fácil enfrentarse al «tal Cristobal», un hombre imponente, como de otro tiempo, y su forma de ser imponente consistía en eso: estar en la humildad. Una humildad como de sabio, de otro tiempo. Uff.

sino que se trabajaba, y en el trabajo se encontraba la dignidad cotidiana.

Le recuerdo con las manos agarradas a la espalda, pero quizá sea sólo un recuerdo mío relacionado con lo que transmitía su presencia. Suave en el decir, en el actuar, en los modales, en el tacto y en el contacto. Un árbol, posiblemente un olmo, con su raíz principal clavada en la tierra a una profundidad enorme. Luego me enteré que era fotógrafo porque expuso en el Museo del Canal, creo recordar. Fui. Lo que vi me impresionó como un latigazo: pocas veces he sentido con tal fuerza la certeza del arte. Era apabullante. Como la figura de su autor, apeado del pedestal… un gigante.

Las fotos enseñaban muchas cosas, a algunas de ellas asistía yo por primera vez: la fealdad de España congelada en mito como una esencia: la esencia de lo que soy. Creo que sólo a dos personas les he oído hablar sobre el tema, mi amigo Andrés Fernández Rubio, periodista-picapedrero (en el sentido más noble del término) de El País, quizá uno de los pocos periodistas que quedan en… este país… que pueda llevar el nombre del oficio sin destrozarlo. Exagero, pero ¿pasarán de 50? Lo dudo y, de ellos, la inmensa mayoría en provincias, claro. La otra fue la Duquesa de Alba.

LA TEMÁTICA DE CRISTOBAL HARA… DESDE LA OSADÍA

Harry Gruyaert Antwerp. Carnival, 1992 © Harry Gruyaert - Magnum Photos - Cortesía Photoespaña

El genio de Hara, en mi opinión siempre soberbia -en el peor sentido del término- está en a) lo que ve; b) cómo lo ve; y c) cómo materializa su razón/idea a travesadas por una emoción muy compleja. Ya…, una perogrullada de análisis. Aún así, voy a intentar explicarme. Recuerdo por encima -otra frivolidad- la temática del fotógrafo en tres aspectos: la fealdad de España (cuerpo y alma), la Tauromaquia, y su trabajo sobre «a rapa das bestas» en Galicia. Todo ello mirado desde el mito. La fealdad de España es la estética del hombre-masa de Ortega, el sustrato violento -contra lo vivo y lo bello al mismo tiempo-, la Tauromaquia, el mundo de los toros, terrible sin máscara y más atávico que la Fiesta misma, y «a rapa das bestas» la posibilidad de una relación «líquida» del hombre con las bestias.

Y luego está el encuadre.

La vida siempre está un poco «off » para Crisstobal Hara. Su encuadre es la no-foto, y por eso la trasciende. No quisiera cargar las tintas, pero las he cargado así que voy a dar una vuelta de tuerca más para llegar al pleonasmo. Si el universo es una reconstrucción de la consciencia de cada hombre según la reglas de la evolución -y no otra cosa según apunta formas la ciencia-, las fotos de este «fotógrafo» -yo creo que es algo más-, llevan en ellas mismas ya, la mutación que explica esta realidad científica: algo menor y vital: algo absoluto.

Una estupenda selección de fotos en el blog «El patio del diablo». (Aquí)