H elen Fisher es una doctora en bio-antropóloga reconocida por la comunidad científica como una de las mayores autoridades sobre… el amor.
Fisher es investigadora en The Kinsey Institute, miembro del Centro para el estudio de la evolución humana en el departamento de Antropología de Rutgers University y asesora científica jefe de la web de citas Match.com. Ha dirigido una gran cantidad de investigaciones y ha escrito seis libros sobre la evolución y el futuro del sexo, amor, matrimonio, diferencias de genero en el cerebro humano y cómo tu tipo de personalidad configura quien eres y a quien amas. En la actualidad, está implicada en la utilización de sus conocimientos en química cerebral en el debate de la neurociencia del liderazgo en las empresas y en la innovación.
En este TED TALK -o Charla-, la mujer que más sabe de amor, recita -por primera vez- el que considera el más poderoso poema de amor en la Tierra. «Hay poemas, por supuesto que pueden ser igual de buenos, pero no creo que ninguno pueda superar este». Fue narrado por un indio anónimo del sur de Alaska a un misionero en 1896. Este es el poema:
«El fuego corre por mi cuerpo con el dolor de amarte. El dolor corre por mi cuerpo con el fuego de mi amor por ti. Dolor, como un caldero apunto de hervir con mi amor por ti, consumido por el fuego de mi amor por ti. Recuerdo lo que me dijiste. Estoy pensando en tu amor por mi. Me destroza tu amor por mi. Mi cuerpo es un cúmulo de sufrimiento. Recuerda lo que te dije, mi amor. Adios mi amor, adios».
Helen Fisher concluye con una cita de Emily Dickinson, «Separarnos es todo lo que necesitamos para conocer el infierno»
¿Cuántas personas alrededor del mundo están bailando extasiados en este preciso minuto? «El amor romántico es una de las sensaciones más poderosas que existen sobre la Tierra».
Hay muchas formas -¿infinitas?- de ver el amor. Leo en una de mis revistas preferidas un artículo de Angela Chen -especializada en asexualismo, personas que no sienten atracción sexual por un sexo u otro- el siguiente titular: «¿Debería el deseo ser curado?». Si la pasión apuñala, el amor no correspondido duele y los deseos prohibidos pueden atormentar el espíritu… ¿Ha llegado el momento de arreglar nuestras vidas sentimentales para siempre?
Reconozco que me incomoda la pregunta, sobre todo, porque según el artículo, el amor funciona de forma semejante a cualquier otra adicción. Es el resultado de productos químicos elaborados por el cerebro y puede ser tratados con productos químicos, en algunos casos los mismos que se utilizan para tratar la adicción a la cocaína.
En resumen sólo me queda pensar… que el dolor es un componente necesario de la vida -por mucho que me joda- y que sólo quien ha tenido una sed al límite puede conocer la sensación de un sorbo de agua fresca.
Charla –con subtítulos en español– y artículo, son dos delicias sobre como ciencia, arte, y sensibilidad pueden convivir en el descubrimiento del misterio en el que habitamos: el ser humano.
REFERENCIA: Artículo en AEON magazine de Angela Chen: Should desire be curable?