AL TRASLUZ, Eduardo Aguirre
Tengo que reconocer que desde que no leo papel, leo poca columna. Además hay poco talento joven -se siente-, como este nuevo de cabecera -perdonad que no me acuerde del nombre- chico malote, poeta, mujeriego -diría yo- y columnista de primera de El País… con un libro… sobre el futbol según investigaciones propias, robado de El Mundo, ya se sabe, del Marca a la gloria, desaliñado, como les gustan a las pijas los pijos. De muy izquierdas. Tira a tonto, por eso está en primera. Sino escribiría en una hoja parroquial -digamos Mundo Obrero- o sería director.
Por eso, cuando tengo la decencia de pararme y leer la IMPRESCINDIBLE columna de Eduardo Aguirre -sí él también me echa flores a mi, pero para eso estamos los colegas y ustedes luego deciden le parece bien o pasan- en general me quedo patidifuso a veces por la modestia de lo perfecto o casi perfecto. Tampoco creo que el quiera ir de «divino». Más bien lo contrario. En fin… aquí. Disfruten de la columna… género de dinosaurios… o no. Depende de que los alevines se pongan las pilas, pierdan ambición, ganen en ella el lo del oficio, y los directores y redactores jefes, dejen de hacerse caquita con los talentos que no les van a quitar el puesto, sino todo lo contrario, porque un buen columnista siempre vende. Luego, claro, está el lector a lo Barsa-Madrid que lee la nada si lleva sus colores y además la vitorea. Allá ellos, columnista y lectores. Yo, paso palabra.
Otro siglo será ( Diario de León – 08/04/2016 )