Son las 12:34 y el día ya fallido -o no-. Tanto por hacer que no parece posible, pero tengo el pecho más templado que ayer. Me acoerdé de mi tierra y bastante fue. Ahora a seguir, que todavía, el futuro está por inventar.

No tener una cama. Duele tanto que casi no puedo respirar. Somos el espejo y en el espejo se refleja un monstruo. Si los amgos -cotidianos- te huyen, si la familia te huye, si tu propia madre te huye, soy un montruo de los que apenas existen, porque yo no he visto nunca este ensañamiento en la expulsión social. ¿Morir? ¿Una vez más? ¿Ingresarme? No lo soportaría. Dos dias medicado durmiendo, me rehago, pienso y voy a dormir a las 12, a las 2,30 ya no estoy despierto de nuevo. Intento ocuparme, pero el dolor no hace otra cosa que crecer. Si tuviera una cama donde poder acostarme y dormir profundamente… Esta es la vida que elegí yo. Y este es el precio. ¿Hasta donde se puede aguantar tirado en un sofa, sólo y aislado? Cómo he podido convertirme en este monstruo, como ha podido pasar. Nunca he odiado a nadie, ni siquiera se lo que es el odio. Si tengo un temperamento infernal y no puedo con la hipocresía. Es, supongo, un defecto genético. Son las 5. Voy a pasear, hasta que amanezca y pueda tener una cama en la que acostarme. Realmente, no doy para más. Sólo hay una pregunta que no puedo quitarme de la cabeza ¿Porqué? ¿Por querer ser yo mismo? Se que la única solución es irme, pero volver a empezar de nuevo es lo único que me hace sentir demasiado viejo. . Tantas casas, tantas camas, tantas ciudades, para acabar en esto. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Cual fue el crimen? Salgo a a la noche a esperar la madrugada y una cama donde poder, al menos, dormir. Dormir….