Los Martes y los días: «Del mar de Mar».

Fecha de publicación 08/10/11

 

Mar llegó con prisa empujando en su pequeñez. “Ya tendré tiempo de crecer”, debió pensar, y vino unos días antes de lo previsto. La noticia llegó por teléfono y puso un punto y seguido en mi vida, porque a pesar de estar a sólo una hora y poco de ese sitio donde el mundo se había hecho de pronto más ancho, el trabajo, ese dios menor al que ofrendo cada una de mis horas, me llevó de viaje y una gripe tonta y sosa, desaconsejaba una parada rápida en el camino. Mar nació frente al mar de Barcelona, ese Mediterráneo/Utero en el que se fecundó nuestra civilización. La placenta fértil de sus aguas, nos ha regado a todos hasta conformarnos en lo que somos, herederos de ese Egipto que agita al mundo hoy –cuantas veces Egipto, cuantas nos estremeciste-, mientras, por las venas de Mar, empuja la vida como si el futuro estuviera hecho de leche de madre recién parida. Leche blanca, como las blancas espumas que han rozado tantos barcos en este Mediterraneo griego y romano, bizantino e islámico. Mar de bronce y hierro, de arcilla y piedra, mar de piel y pañales limpios y cuna blanda como de civilización nueva. Mar de amanecer, cuando tanto en este mundo viejo parece que viene cargado de ocaso. Mar vital, de quien vivirá otras fecundidades y otras historias que no soy capaz de imaginar. Mar frente al mar, lamiendo las costas de los que vamos pasando, como lame el viento, el azul afable de este Mediterráneo nuestro. Mare Nostrum, vientre perfecto, fecundidad perfecta. Las células de Mar se queman ya en la lucha implacable contra la vida. Desde su segundo primero, cuando bebió la bocanada uno, de un aire sin duda doloroso. No podrá ya vivir sin él. Todo es combustión, Todo pasmo. No hay maravilla tecnológica, confín ignoto, filosofía perfecta, abismo por explorar… que sorprenda más que la piel transparente sobre tus venas finas. Vida en estado puro. Leche hecha carne y sangre en el abismo del hombre que se repite una vez más. Cosa perfecta. Mares del mundo. Costas anegadas.

Mar nació frente al mar de Barcelona, ese Mediterráneo/Utero en el que se fecundó nuestra civilización.

de futuro. Pasmo de la vida. ¿Cuántas fuentes nuevas hay, desde ayer, en esta España que se esfuerza? Cada vez que me viene el desasosiego, el futuro que me calma tiene nombre de mujer. Mar, Elena, Susana, Ana, Nuria, Isabel, Leonor, Fátima, María, Ingrid, Charo, Menchu, Carmen, Arancha, Pilar. Un mar de futuro. ¿Miedo? Mientras haya una mujer capaz de parir esas pequeñas perfecciones que me asombran yo, no le tengo de verdad miedo a nada. Tengo un mar de futuro… Mar.