Diario B: «Chelsea, heridos en el corazón de mi memoria»!

Atentado en Chelsea Atentado en Chelsea

Chelsea Hotel arriba a la izquierda. El hotel de la Séptima donde se quedaban los amigos que venían a verme, en la esquina con la ocho, mi cine, mi refugio contra la soledad, contra lo días sin dinero, contra los días antes de encontrar el primer trabajo, el cine donde fui con Susan Sontag y le tuve que reconocer no haber leido a Nicanor Piñole, el cine donde vi danzar una bolsa de plastico en American Beauty, una de las escenas que jamás olvidaré…

«It was one of those days when it’s a minute away from snowing and there’s this electricity in the air, you can almost hear it. And this bag was, like, dancing with me. Like a little kid begging me to play with it. For fifteen minutes. And that’s the day I knew there was this entire life behind things, and… this incredibly benevolent force, that wanted me to know there was no reason to be afraid, ever. Video’s a poor excuse, I know. But it helps me remember… and I need to remember… Sometimes there’s so much beauty in the world I feel like I can’t take it, like my heart’s going to cave in».

A la vuelta el Big Cup, la siguiente esquina mi casa.

Mis amigos vivían allí. Nunca hubo un «us» and «you» sino un «we». Amigos de todas las razas, de todas las religiones, gente trabajadora, gente con sueños… Un barrio tolerante… como toda la ciudad. New York is a State of Mind, Chelsea is, a State of Art, donde todo pasa antess de encontrar a unos pasos la orilla del Hudson, la calle desde la que Annie Leibovitz fotografió desde su apartamento en London Terrace, enfrente del mío, la caída de las Torres Gemelas. Todo en Nueva York es memoria, todo en Chelsea es «home».

La melancolía de mi barrio siempre estuvo, hoy hay, además, tristeza. Otro estado del alma. Hope nobody dies.